lunes, 14 de enero de 2008

Realistas


Los Realistas fueron el bando formado por partidarios europeos y americanos, aparecido en el primer tercio del siglo XIX como reacción a la revolución hispanoamericana, y caracterizado por la defensa de la Monarquía española. En España, se ha denominado también así a los defensores de la Monarquía absolutista, llamados generalmente Carlistas.

Tabla de contenidos
1 La Revolución Hispanoamericana
2 Liberales y Absolutistas
3 El ejército Realista
3.1 Jefes destacados del movimiento Realista
3.2 Componentes americano y europeo del ejército realista
3.3 Armamento, Táctica y Sanidad
3.4 Banderas, Condecoraciones y Música
3.5 Guerrillas realistas
4 Operaciones Navales y los últimos reductos
4.1 La defensa de las islas de Cuba y Puerto Rico
4.2 Expedición de Barradas
5 Véase también
6 Enlaces externos
7 Bibliografía
8 Referencias

La Revolución Hispanoamericana

El fundamento de la revolución independentista hispanoamericana está en la pérdida del estatus especial de los Reinos castellanos de Indias, que como patrimonio de la monarquía española habían sido disminuidas ya a la condición de colonias por las reformas borbónicas, y menoscabadas en su organización por las disposiciones del estatuto de Bayona (1808)[3] primero , y de la Constitución española (1812)[4] después.
El sentido de patrimonial de la unión de distintos Reinos (en plural) bajo una misma Monarquía española, es decir como hereditario de una dinastía, y que sigue presente en el estatuto de Bayona de 1808, como Reinos de las Españas y de Indias, desaparecerá con la denominación de Reino (en singular) en la Constitución de 1812. Pero el territorio seguirá denominandose en plural, Reino de las Españas. Y solo a partir de la Constitución de 1869, el territorio dejó de llamarse Españas, y pasó a denominarse en singular Reino de España.
Pero el conflicto en la península ibérica dio la oportunidad para que la clase dominante hispanoamericana, formada por criollos europeos, sostuvieran una guerra por la independencia de las colonias españolas. La llamada "Patria" fue el carácter esencial del movimiento, y que finalmente predominó en todos los lugares de América, por encima de otros movimientos independentistas, que como el fallido de Hidalgo en México, se acompañaban por encima de todo de una verdadera revolución social.
El conflicto tiene un marcado carácter civil por la amplia trascendencia que tuvieron ambas posiciones, realista y patriota, en todo el continente americano. Situación que explica tanto el fuerte sentimiento fidelista de las comunidades nativas americanas, como la movilización a causa de las promesas de mejoras sociales, de unos y otros, a las castas de mestizos y pardos. Por otra parte el clero, dividido, era el motor de una verdadera revolución social en el primer movimiento en México. Los criollos europeos, bajo la simbología del fidelismo, o de las ideas de la revolución burguesa, formarían las cabezas del movimiento realista o independentista, y en relación al posicionamiento comercial de cada región.

Liberales y Absolutistas

Constitución de Cadiz, La promulgación de la Constitución de 1812 obra de Salvador Viniegra (Museo de las Cortes de Cádiz)
En España la Monarquía española que gobernaba a través de un régimen de Absolutismo fue abatida en 1808 por Napoleón, y desde 1812 controlada por los españoles partidarios de un régimen de Monarquía constitucional. La defensa de la Monarquía española en América había quedado casi a sus propios medios locales, con auxilios esporádicos de Europa, hasta que Fernando VII y los partidarios del Absolutismo, tras recuperar el gobierno en 1815, llevaron adelante acciones de verdadera envergadura, como la primera expedición de ultramar de unos 10.000 españoles, que bajo el mando de Pablo Morillo tenían como objetivo reprimir la insurrección hispanoamericana.
Sin embargo en 1820, una segunda expedición a ultramar de unos 20.000 españoles organizada en Cadiz por el antiguo virrey de Nueva España, don Félix María Calleja del Rey, nunca llegó a partir porque fue sublevada en favor del Trienio liberal. Y seguidamente, el gobierno del Trienio liberal envía negociadores a los independentistas americanos sin ningún resultado, pero de otra parte suprime cualquier auxilio a los realistas, y paraliza las operaciones militares de forma unilateral, convirtiendose de facto en una renuncia de ultramar. El año 1820 marca el declive de los realistas.
En América, las luchas de absolutistas y liberales que polarizaban España, también dividía a los defensores de la Monarquía española. Los militares españoles, partidarios de la Monarquía constitucional, ya sin ningún auxilio de España desde el año 1820, serían abandonados a su vez por los caudillos criollos partidarios del Absolutismo, quienes renunciaban a la defensa de la Monarquía española por su oposición al Trienio liberal. De esta forma los absolutistas de Nueva España, a pesar de haber reducido a los insurgentes, resolvieron negociar con los insurrectos la independencia del Imperio mexicano mediante el Plan de Iguala,los Tratados de Córdoba y el pacto trigarante.
La situación de España daría otro vuelco más en el año 1823, esta vez los partidarios españoles del Absolutismo recurrieron a las potencias europeas triunfadoras de Napoleon, llamada la Santa Alianza, para con un ejército de 132.000 franceses invadir España y reprimir el Trienio liberal, suprimir la Constitucion española, y restaurar a Fernando VII en el gobierno absoluto de España. El 1 de octubre de 1823, Fernado VII ya instalado en el gobierno decretaba la abolición de todo lo aprobado durante el Trienio liberal; lo que también incluye los nombramientos de jefes militares que comandaban ejércitos en América, y que desata insubordinación y nuevas insurreciones, que como la de Pedro Antonio Olañeta, obstaculizan y dividen a los defensores de la Monarquía española.
Rafael del Riego, caudillo de los sublevados de Cadiz, moría ahorcado el 7 de noviembre de 1823, y los propulsores del movimiento liberal fueron ajusticiados, marginados o exiliados de España. El ejército de la Santa Alianza permaneció ocupando España varios años más hasta el año 1830, en la llamada Década Ominosa, para sostener la Monarquía absoluta y reprimir nuevas revoluciones de los caudillos liberales. Definitivamente ya no se formaría ninguna expedición en España, y el colapso en América ya era irreversible. Los jefes realistas supervivientes y sus ejércitos, relegados por el desgobierno de España, y fracturados por las discordias de liberales y absolutistas, serían batidos finalmente en la batalla de Ayacucho, aunque todavía hasta enero del año 1826 se sostendrían contra todo pronóstico el archipiélago de Chiloé y la Fortaleza del Real Felipe de El Callao, que finalmente capitularon, quedando bajo soberanía de España las islas de Cuba y Puerto Rico en América.

El ejército Realista

El ejército realista no es el ejército colonial del Imperio español. El ejército realista no tuvo la misma composición ni organización que la que tenía el ejército colonial del imperio español durante la época colonial. Al iniciarse la revolución hispanoamericana el propio ejército colonial español se desintegró y grandes sectores del mismo se integraron a los ejércitos independentistas y dependieron de las juntas de gobierno americanas.
El ejército realista fue una organización improvisada, surgida de la reacción de los defensores de la monarquía española, que solo reconocían la autoridad del rey español a través de los virreyes y las autoridades instaladas en España, y tuvo como fin intentar detener el proceso generalizado de independencia de las colonias americanas.
La mayor parte de las agrupaciones militares realistas fueron entonces de nueva creación, y se formaron por unidades americanas nuevas en su mayoría, y también por unidades recicladas del desarticulado ejército colonial americano que permanecían leales, y finalmente por unidades expedicionarias formadas en España Ad hoc, que a su vez mantendrán su continuidad únicamente por reemplazos de americanos. Para 1820 el número de españoles peninsulares combatiendo en América llegaba a 9.954 hombres, varios millares de esos 9.954 efectivos se hallaban en Cuba, el número de europeos que todavia quedaba para los distintos teatros de operaciones tenía que ser inferior a esa cifra. A partir de 1820 el gobierno español no envió más españoles expedicionarios para integrar el ejército realista.

Jefes destacados del movimiento Realista

Río de la Plata y Montevideo
Francisco Javier de Elío
Gaspar de Vigodet
Diego de sousa, capitan general del imperio del Brasil
Santiago de Liniers y Bremond
Vicente Nieto, presidente de Charcas
Bajo y Alto Perú
José Fernando de Abascal y Sousa
José Manuel de Goyeneche
Pío Tristán
Joaquín de la Pezuela
Pedro Antonio Olañeta
José de la Serna e Hinojosa
José de Canterac
Jerónimo Valdés
José Ramón Rodil y Campillo
Chile
Antonio Pareja
Juan Francisco Sánchez
Gabino Gaínza
Mariano Osorio
José Ordóñez
Rafael Maroto
Casimiro Marcó del Pont
Antonio de Quintanilla
Quito
Melchor Aymerich, presidente de Quito[5]
Basilio García, Coronel
Venezuela y Nueva Granada
Domingo de Monteverde
José Tomás Boves
Pablo Morillo
Francisco Montalvo, teniente general de nueva granada [6]
Juan de Sámano, Virrei de Santa Fe
Miguel de la Torre y pando.
Tomás Morales
Sebastián de la Calzada
Juan de los Reyes vargas [7]
José María Barreiro Manjón
Nueva España,Cuba y Puerto rico
Félix María Calleja del Rey
Francisco Xavier Venegas
Torcuato Trujillo,Coronel [8]
Isidro Barradas
Ángel Laborde [9]

Componentes americano y europeo del ejército realista
Por su origen se puede clasificar dos grandes clases de unidades dentro del ejército realista, las unidades creadas en América y las unidades creadas en España.Por su número los americanos formarán la inmensa mayoría del conjunto del ejército realista, superando como porcentaje el noventa por cien de las tropas.
Las unidades creadas en América se formaban por tropas originarias americanas, y su componente social y racial es el reflejo de su población local. Estas tropas se movilizaron para sus respectivos teatros de guerra locales, y con raras excepciones partieron fuera de sus lugares de origen. De esta forma, y también para los independentistas, las castas de mestizos indígenas, o de mestizos mulatos (llamados pardos), junto con negros esclavos liberados fueron el grueso del ejército realista.Merece hacerse la distinción de la fidelidad a la corona de los pueblos nativos americanos, y también de su opuesto más desleal que fue el componente criollo de origen europeo. Por su movilidad geográfica y por su instrucción, las tropas americanas se pueden dividir en unidades de Milicias y unidades Veteranas. Todas las compañías recibían un nucleo de instructores veteranos, a veces europeos.

Las unidades creadas en España eran las llamadas expedicionarias, pero desde su llegada al continente americano recibían un flujo continuo de tropas americanas que suplantaba sus bajas europeas, es decir, a más tiempo de llegada más americanizada se quedaba la teórica unidad expedicionaria. Por ejemplo una conocida unidad expedicionaria, el batallón Burgos, tras el trayecto naval desde la península ibérica tuvo que completar sus filas a su llegada a puertos con un tercio de americanos, sin siquiera haber trabado combate alguno. De esta forma únicamente un cuarto del ejército real de Maipú era español. A partir del año 1817 no llegaría ningún refuerzo europeo para los realistas del Perú, y desde el año 1820 para ningún lugar de América. En el año 1820 las unidades expedicionarias tenían un 50% de europeos, en general, y Pablo Morillo refiere que en esa fecha tenía unos 2000 europeos bajo su mando,así de la tropa presente en la batalla de Carabobo unos 1.500 serán soldados españoles. En el año 1824 solo 500 españoles formarán parte del ejército realista que combatió en la Batalla de Ayacucho.

La característica que se atribuye a los soldados expedicionarios europeos es una teórica mayor lealtad, que sirviera de cohesión para las unidades, sobre todo en los teatros de guerra de Costa firme o Nueva España, y finalmente en las campañas del Perú. Pero por el contrario esta tropa europea era más susceptible a enfermar, y sin disciplinar eran más insubordinados que los americanos. Lo cual es extensible también para los miles de mercenarios británicos y de otras naciones europeas contratados por los independentistas para sus ejércitos.

Armamento, Táctica y Sanidad
Las magnitudes de los llamados ejércitos enfrentados en las guerras hispanoamericanas, no superan las unidades de división de las guerras napoleónicas, durante la guerra de independencia española. La estrategia estaba fuertemente influenciada por la lealtad y la geografía de las provincias americanas. Y la operatividad de las unidades dependía según la concepción de hacer una guerra regular o irregular.

Durante las batallas, la táctica de las formaciones regulares venía determinada por las armas blancas y las limitaciones de las armas de fuego napoleónicas, que podían ser de montaje local o producción importada. La artillería de la época, de tiro directo, era inefectiva en selvas o terreno montañoso. La infantería empleaba las clásicas formaciones en orden cerrado, una llamada en Línea o Batalla, formada por dos o tres lineas de fusileros que descargaban por escalones, o las muy instruidas por secciones, aunque todas finalmente terminaban con una carga de bayoneta; y la otra formación era en Cuadro, que se tomaba unicamente como medida defensiva urgente frente a las cargas de caballería. Y finalmente está la formación en orden abierto, llamada Guerrilla, que no se refiere a los guerrilleros, sino a la formación de combate de unidades de élite como voltígeros, tiradores o cazadores que se desplegaban para tirar a discreción, especialmente en terrenos boscosos o de montaña. La Caballería tenía una misión fundamental de choque, y su uso en exploración era menos sistemático. Finalmente en estas grandes concentraciones humanas, las bajas por enfermedades y el hambre, especialmente durante los asedios, eran una preocupación constante en el mando.

Banderas, Condecoraciones y Música

Banderas de los ejércitos de la Monarquía española.Lema: Por la Religión, la Patria y el Rey. Viva Fernando VII[2]
Las banderas de los ejércitos de la Monarquía española, tanto para los regimientos de Línea como para los batallones Ligeros, están representadas por la Bandera Coronela,que mostraba el Estandarte real,y que se entregaba una para cada regimiento y que portaba el primer batallón, y por las banderas de Ordenanza o Batallona,que mostraban la Cruz de Borgoña que portaban el segundo y tercer batallon. Todas se acompañaban de cuatro coronas con cuatro pequeños escudetes de la ciudad de origen de la la unidad. A las banderas se añadían adornos y lemas.
Estas banderas fueron usadas tanto por unidades españolas como por unidades americanas. Para conservar los símbolos, cuando por cualquier razón los batallones se fundían en un único batallón del Regimiento, las unidades peninsulares superponían ambas banderas una sobre la otra, mientras que las unidades americanas las ponían también en la misma bandera pero una al anverso y otra al reverso.
Se entregaban condecoraciones y medallas a los jefes y tropas realistas por los hechos notables. [10]
Los ejércitos realistas tocaban la música de las ordenanzas, oír en mp3 [11], y además las unidades expedicionarias también cantaban las canciones de la guerra de independencia española, oír en mp3 [12].

Guerrillas realistas
Serán organizadas de forma permanente para la guerra irregular, aunque otras, las llamadas “montoneras”, que eran fuerzas reunidas espontáneamente, tras el resultado de un alzamiento abandonaban las luchas. Se pueden distinguir en primer lugar los tipos de guerrillas que se componen de los habitantes autóctonos de su propia área de actuación, y que son las mas numerosas y están formadas por indígenas generalmente; y cuyas poblaciones estarían integradas dentro de los territorios virreinales, como en el caso de los pastusos de Nueva granada; o estarían integrados por indígenas de zonas periféricas de los virreinatos, como el caso de los araucanos del sur de Chile o los indios Guajira del caribe neogranadino. En segundo lugar están algunas formaciones guerrilleras que tienen su origen en agrupaciones militares realistas que se han dispersado, y son del país pero no son autoctonos.
Por su localización todas las guerrillas realistas se situaron en América del Sur, sin que se presente ninguna en Nueva España, reprimida por los propios realistas mexicanos debido al carácter social de la revolución de Hidalgo y Morelos. Tampoco se formaron guerrillas realistas en el Alto Perú, ni Jujuy o Salta (donde las fuerzas realistas regulares sostuvieron el control del territorio), ni en Paraguay, Córdoba y Buenos Aires, bajo control independentista desde los inicios mismos del proceso de descolonización.

En Venezuela tras el triunfo inicial independentista, las guerrillas de Siquisique en la provincia de Coro, al mando de Juan de los Reyes Vargas, apoyaron la llegada de una compañía de marines españoles al mando de Monteverde, y tras su desaparición, los restos de las milicias realistas, de esclavos y de Llaneros se consolidaron en el territorio de los Llanos para formar un verdadero ejército que al mando de Tomas Boves destruiría los ejércitos independentistas dominando toda Venezuela, antes y sin apoyo de la expedición española de Morillo. Tras la caída de Puerto Cabello en 1823, las guerrillas siguieron actuando hasta el año 1829, y apoyaron una última incursión del Coronel Arizabalo.

En la región de Pasto, al Sur de Nueva granada, y tras la capitulación de las tropas regulares del Coronel Basilio García, en octubre de 1822, el fidelismo a la monarquía española origina la aparición de guerrillas y montoneras. Las guerrillas serán dirigidas por el caudillo Agustín Aqualongo hasta junio de 1824, que es tomado prisionero y ajusticiado. Las guerrillas combatirán hasta el año 1830.

En Chile, las guerrillas bajo los caudillos Vicente Benavides, Juan Manuel Picó, el coronel Senosiain y los hermanos Pincheira, con el apoyo de grupos mapuches y pehuenches proseguiran la llamada guerra a muerte contra las autoridades de Santiago en territorio continental y en el norte de la Patagonia argentina. El general chileno Manuel Bulnes logró derrotarlos en la batalla de las lagunas de Epulafquen el 14 de enero de 1832 en territorio de la actual Provincia del Neuquén (Argentina).

En Perú, las guerrillas realistas de Ica, Huamanga y Huancavelica, se desarrollan tras el repliege del ejército de la Serna a su bastión de la Sierra.

Operaciones Navales y los últimos reductos

Bandera de la flota naval y de fortalezas navales españolas. Bandera Nacional del Reino de las Españas por decreto de la Monarquía constitucional de Isabel II
Las flotas de aquella época se componían de barcos mayores, de tres mástiles, que como los Navíos tenían de dos o tres baterías en sus costados, las Fragatas con una o dos baterías y hasta 60 cañones, y Corbetas de menos de 16 cañones. También de barcos menores, de dos mástiles, como: Bergantines , Goletas y Pailebotes, y menos de ocho cañones. A esto se suman las más pequeños embarcaciones costeras y fluviales, como: Balandras,Faluchos,Flecheras,Bongos de un solo cañón.
En el año 1800 la flota española estará formada por más de 50 Navíos y otros 50 entre Fragatas y barcos menores. La mayor parte de la flota había sobrevivido a Trafalgar, pero tras la paralización de la toda actividad de reparación y construcción naval, motivado por la invasión de España por Napoleón, para en el año 1814 unicamente restaba de aquella flota española solamente cinco Navíos y diez Fragatas. En 1818, incluída una compra sin pago hecha a Rusia, se contaba con un Navío y diez Fragatas, de las que cuatro estaban fuera de uso. En 1822 el número de Fragatas se había reducido ya a ocho.

La Armada Contra-revolucionaria

Río de la Plata y Pacífico Sur
Capitanes
José María Salazar
José Angel Michelena
Jacinto Romarate
Joaquín de Rocalan
Tomas Blanco Cabreras
Dionisio Capaz [13]
Antonio Vacaro
Roque Guruceta
Montevideo, hasta 20 Junio de 1814
Guayaquil
el Callao
Talcahuano
Chiloé

Golfo de México y Costa Firme
Capitanes
Pascual Enrile
Jose María Chacon
Ángel Laborde
José Guerrero
Puerto Cabello
San Juan de Ulua Veracruz

La defensa de las islas de Cuba y Puerto Rico

Expedición de Barradas
Isidro Barradas intentó la reconquista de Nueva España en 1829. Para ello montó en el puerto cubano de La Habana una expedición, de 3,586 hombres que , con el apoyo de una flota organizada por Angel Laborde, fue transportada hasta las costas mexicanas y desembarcó en Cabo Rojo (Veracruz). No obtuvo ningún apoyo popular, y tras ser detenido en la batalla de Tampico, negoció la retirada de su expedición que se reembarcó 47 días tras su llegada a México.
Véase también
Monarquía Española
Guerras de Independencia Hispanoamericana

Enlaces externos
Títol: El virrey Abascal y el espacio de poder en el Perú (1806-1816). Un balance historiográfico Autor: Peralta Ruiz, Víctor. Revista de Indias 2006. [14]

Bibliografía
*José Semprún, Capitanes y virreyes: el esfuerzo bélico realista en la contienda de emancipación hispanoamericana.. ISBN 84-7823-607-4.

*Luqui-Lagleyze (2006), Por el rey, la Fe y la Patria.1810-1825, Madrid: Colección Adalid. ISBN 84-9781-222-0.

*Julio Albi de la Cuesta (1990), Banderas olvidadas: el ejército realista en América, Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1990. ISBN 84-7232-547-4.